La cuarentena por la pandemia conlleva una serie de cambios en el estilo de vida de muchos ciudadanos que solían hacer actividades fuera de su hogar.
Trasladarse hasta el puesto de trabajo, llevar a los niños al colegio, hacer compras e incluso utilizar medios de transporte como el Metro o los autobuses implican que el cuerpo se mantenga en constante movimiento, pero durante la cuarentena generada por el covid-19 todo esto se detuvo.
El teletrabajo, las clases a distancia y las reuniones por plataformas como Zoom promueven permanecer por más tiempo sentados y frente a dispositivos electrónicos, lo que puede ser perjudicial para la salud a largo plazo.
Este nuevo estilo de vida se puede calificar de sedentario porque, a pesar de que se realizan diversas actividades, la agitación y el ejercicio disminuyen considerablemente.
Problemas de salud asociados
José Miguel Torres Viera, presidente de la Sociedad Venezolana de Cardiología (SVC), explicó que el aumento de peso por falta de actividad física durante la cuarentena puede incrementar el riesgo de padecer enfermedad cardiaca crónica.
«Mucha gente ha aumentado de peso durante la cuarentena y ese incremento causa deterioro en la función endotelial de los vasos, con la inflamación crónica vascular, mayor resistencia a la insulina, trastorno de los lípidos en sangre y mayor demanda el trabajo miocárdico”, detalló el especialista.»
El cardiólogo advirtió que el sedentarismo también puede influir en la aparición de coágulos sanguíneos, principalmente en la zona de las piernas. Esta afección se denomina trombosis venosa profunda.
Además, el aumento de peso podría aumentar la posibilidad de padecer enfermedades crónicas como diabetes tipo II, cáncer, hipertensión arterial o fallas en hígado y riñones.